Me fascina esta vista desde Rialto.
Los pies se me han congelado,
pero qué más da ahora.
Estoy sola, en Venecia,
desolada por el tiempo,
adornada de fina purpurina,
como el rastro de un caracol.
Admiro tus calles, tus curvas, tu humedad tangible.
Sabed que aquí,
en este preciso momento,
y en este punto de la ciudad,
se vertebra toda mi existencia.
Hola, he encontrado este blog por casualidad ,viniendo "rebotado" de otras páginas , y tengo que decir que me gusta tanto el fondo como la forma.El diseño está muy bien y algunos poemas como éste me han gustado mucho. Un saludo desde Gijón.
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