La cama congelada.
El vino por el suelo y en la boca.
La música templada sonando.
Tronando el corazón.
Humo de tabaco, restos de hachís.
El cielo sin estrellas.
Las estrellas, ¿dónde han ido hoy?
Descalzos.
La misma humedad en muebles y paredes.
La misma que aquí, donde hueles.
En mí.
En ti.
Algunos pepinillos y trozos de queso.
Sonó blues, sonó clásico, sonó rock…
Dejémonos de estupideces: sonó a despedida.
La luz nos cegaba aun siendo tenue.
Rozabas mi sujetador lila.
Pasión, muerte y vida a la vez.
Al día siguiente no recordaríamos nada.
La oportunidad despreciada.
El vino por el suelo y en la boca.
La música templada sonando.
Tronando el corazón.
Humo de tabaco, restos de hachís.
El cielo sin estrellas.
Las estrellas, ¿dónde han ido hoy?
Descalzos.
La misma humedad en muebles y paredes.
La misma que aquí, donde hueles.
En mí.
En ti.
Algunos pepinillos y trozos de queso.
Sonó blues, sonó clásico, sonó rock…
Dejémonos de estupideces: sonó a despedida.
La luz nos cegaba aun siendo tenue.
Rozabas mi sujetador lila.
Pasión, muerte y vida a la vez.
Al día siguiente no recordaríamos nada.
La oportunidad despreciada.
© Charo Guarino Ortega
¡cuánto honor, mi fotografía ilustrando tu poema! Besos, guapa <3
ResponderEliminarNoe, tú lo cuelgas y Charo lo firma. ¿Me lo explicas porfa?
ResponderEliminarCharo firma la foto, Yayo! el poema es mío, pero la imagen suya, de ella, jeje
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