Al Cazador Cazado.
La luz que entra no me gusta.
Y
te echaste a un lado.
Cada vez más distante,
en tu extremo de la cama,
en el vértice del olvido y del tiempo.
A mí me encanta, repuse.
Cogiste un cigarro. Fumaste.
Cada vez más lejos.
Algo estaba cambiando, pensé.
Algo ya había cambiado.
La conciencia, quizá.
Mirabas por la ventana
y creo que había anochecido.
Tengo que irme.
Quédate. Lo pensé o lo dije.
No me dio tiempo a más.
Me esperan. Ah, y haz el favor: ventila un poco la habitación.
Apesta.
No lo haré.
Nunca lo hago cuando te vas.
Es mi coto privado de caza.
© Juan Espallardo
Coto privado de caza. Muy buena respuesta.
ResponderEliminarTe quiero mi amol.