Hay ciertas conversaciones privadas
(imaginarás)
cuyo contenido es mejor no conocer.
Al menos por tu parte.
Y créeme que hago bien en no ser confesa.
En esas conversaciones
tú
seguías siendo el centro de mi cama.
No quiero pensar en las consecuencias,
si esas conversaciones privadas
llegaran, ahora, a tus oídos.
© Leon Levinstein
Cuando algo duele o alguien te hace daño es mejor pasar página, pues cuando una puerta se cierra se abre una ventana a la esperanza.
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