Tenías hambre en los ojos, llenos de júbilo.
Querías beberlo todo, comerlo y verlo todo, oírlo todo.
Querías beberlo todo, comerlo y verlo todo, oírlo todo.
Me pediste un libro y te lo di al momento.
Ese andar tuyo de caderas infinitas.
Ese moverse tuyo, ese
acento argentino recitando.
Llevabas ese día una falda muy corta y sugerente.
Tu pelo, como enloquecido por furor báquico.
Eras la ménade, no hay duda. Musa, o al menos casi.
Tus labios se abrían a las palabras del poeta,
y tus ojos relucían como en una mañana de victoria sobre los
troyanos.
Qué bueno es este, Noelia!
ResponderEliminarMe gusta... Quiero ser la musa, la ménade, dar pal pelo a los troyanos, y si se tercia, ponerme la minifalda.
ResponderEliminarHola Noelia !! Yo soy Laura, la madre de la chica que LEE a Luis Alberto de Cuenca :)
ResponderEliminarMe ha encantado el poema que le has hecho, ella vino emocionada y lo abrimos juntas.
Es un gusto conocer este lugar que tienes.
Yo soy muy nueva en esto de los blogs, todavia no me manejo muy bien, mi blog es La Puerta Abierta, http://lrmlaura.blogspot.com/ y es muy reciente !!!
y tambien tengo un metro flog desde hace años, http://www.metroflog.com/lalimelano
Espero que algún dia puedas visitarme.
Un beso, Laura