A mi J.A.,
por lo que tiene dentro.
Por inspirarme.
Imagíname borracha por esas calles,
con un vaso apurado en la mano,
buscando el autobús que me lleve al hotel
porque no recuerdo el camino de vuelta.
con un vaso apurado en la mano,
buscando el autobús que me lleve al hotel
porque no recuerdo el camino de vuelta.
Imagíname con el pantalón medio abrochar,
con el rímel esparcido y tecleando el móvil a tientas
para mandarte un mensaje.
con el rímel esparcido y tecleando el móvil a tientas
para mandarte un mensaje.
Imagíname así,
perdida en la ciudad de las siete calles,
entre Sondica y Zamudio,
testigo del libertinaje más obsceno que puedas,
con los ojos abiertos al júbilo
y la palabra certera de una noche poética.
Y ahora, cuando tengas esa imagen clara, perdida en la ciudad de las siete calles,
entre Sondica y Zamudio,
testigo del libertinaje más obsceno que puedas,
con los ojos abiertos al júbilo
y la palabra certera de una noche poética.
nítida,
imagínate tú ahí,
inmerso en la noche norteña,
camino del hotel de mala muerte,
militante de mi cuerpo luego,
si encontramos el autobús de vuelta.