miércoles, 29 de agosto de 2012

PLANTA QUINTA, HABITACIÓN TRES CERO TRES




Es curioso cómo justo en el momento
en que entramos en el coche,
después de haberte rozado la mano
al coger la maleta,
empezaste tú a tutearme,
como si todo hubiera cambiado,
como si hubieran pasado años
de nuestro primer encuentro en el aeropuerto.

Y la conferencia tuya de después
trajo consigo un sinfín de juegos,
creando sin quererlo la expectativa de una noche infinita,

en un hotel de lujo pagado por tu empresa,
en la moqueta de una habitación
regada de alcohol y gritos,
como el preludio a una madrugada hambrienta
que le siguió.





© Carolina Illán Conesa


jueves, 23 de agosto de 2012

UN SOLO GESTO DE TU BOCA



Has vuelto a encontrarme con tu radar.
Apareces y reapareces

    una y otra vez,
y no logro saber tu técnica.


Me pierdo en tus movimientos.
Haces y deshaces a tu aire.
Si te vas (como te fuiste varias veces,
y noches,
y días,
y meses)
me muero.

Cuando llegas es mejor que te vayas.
Llévate todo.
No me localices.
Déjame superarte en silencio
y muerto en mí.





© Carolina Illán Conesa. Túnez 2008


jueves, 16 de agosto de 2012

LO NECESARIO EN ESTE PRECISO MOMENTO



Quizá no haga falta nada más.
Lou Reed al micrófono

                       para mí,
la paz del agua que refleja ondas hipnóticas,
el verde de la menta
y el rojo del geranio.
El cigarro como autómata en mi mano,
y algo de Biedma

o Luis Alberto.





© Carolina Illán Conesa


lunes, 13 de agosto de 2012

PARA LA CAZA NO HACEN FALTA LOBOS: ESTÁS TÚ


Al Cazador Cazado.


La luz que entra no me gusta.
Y

 te echaste a un                       lado.
Cada vez más distante,

      en tu extremo de la cama,
en el vértice del olvido y del tiempo.


A mí me encanta, repuse.
Cogiste un cigarro. Fumaste.
Cada vez más                             lejos.
Algo estaba cambiando, pensé.
Algo       ya       había cambiado.
La conciencia, quizá.
Mirabas por la ventana
y creo que había anochecido.
           
               Tengo que irme.
Quédate. Lo pensé o lo dije.
No me dio tiempo a más.
Me esperan. Ah, y haz el favor: ventila un poco la habitación.
                Apesta.
No lo haré.
Nunca lo hago cuando te vas.                   
                    Es mi coto privado de caza.



 © Juan Espallardo

 

viernes, 10 de agosto de 2012

SIN VISTAS A UN FUTURO MEJOR



¿La siguiente parada?

                    -No, no, caballero. Esto no para.


Lo que me temía.
Pues que detengan el tren,
que me bajo aquí mismo.



                             © Noelia Illán Conesa

lunes, 6 de agosto de 2012

SUFICIENTE



415 días sin verte.
22 mensajes de móvil.
13 emails.
7 llamadas perdidas.
        Creo que es suficiente.
        Avisaré a las autoridades.
        Te doy por muerto.



                             © Noelia Illán Conesa

domingo, 5 de agosto de 2012

POÉTICA PERSONAL


Él nunca se hizo mayor,
fue el mundo el que envejeció
en torno a él.
De El tercer hombre

No quiero alcanzar la inmortalidad mediante mi trabajo,
sino simplemente no muriendo.
Woody Allen


Fin del debate sobre poética.

Qué más da,
si se trata de sentir en la carne

la palabra,
la imagen
o la nota,
sea la que sea, con los recursos que sean.


Es hacer tuyo algo tatuado en papel por otro,
y beberlo hasta saciarte            (o no).
No es la hipálage,

la puerta en abismo
o la rima.
No es el adjetivo preciso siquiera,
ni el flashback o la melodía.


Poético puede ser follar,

                  Bukowski
                  o el cine negro.






jueves, 2 de agosto de 2012

ÁLVAREZ BEBIENDO AL CLARO DE LUNA



Sírveme, Lucita, otro ron con miel.
Deja que huela tus caderas

           al pasar
     entre las mesas.

Quizá esta noche
aquí
sólo
merezca eso la pena.
Y luego,
               cuando acabes tu turno,
baja conmigo a la playa de San Juan,
y ahoguémonos juntos
en esa mar
                 que no cesa.




© Carolina Illán Conesa



miércoles, 1 de agosto de 2012

ESSAOUIRA



El espíritu no se cansa.
         No duerme.
Demasiado hermoso lo que le rodea.
Ni siquiera me deja cerrar

                los ojos.
Es algo que no entiendo muy bien,
algo que me coge y me tira hacia

                                                 el abismo
                                                                 infinito.
Algo tenemos tú y yo en comunión
que no me deja

          dormir.











© Noelia Illán Conesa

NIVEL DE CULPABILIDAD 10





Pasar la noche contigo
me ha costado:
una fuerte flagelación mental,
preguntas tipo Watson de mi mujer
y 60€ de parquin.
Tenemos que dejar de vernos.