El tiempo calla y se detiene.
Francisco Luis Bernárdez
Bebías en la
barra gastada
de aquel
antro donde solías.
Antes quizá
más noches,
cuando nunca
coincidimos.
Pero esa
noche
el destino
dispuso así sus cartas,
y bastó un
solo movimiento,
un gesto de
altísima categoría
para que yo,
al otro lado
de tus fronteras,
te mirara.