lunes, 13 de agosto de 2012

PARA LA CAZA NO HACEN FALTA LOBOS: ESTÁS TÚ


Al Cazador Cazado.


La luz que entra no me gusta.
Y

 te echaste a un                       lado.
Cada vez más distante,

      en tu extremo de la cama,
en el vértice del olvido y del tiempo.


A mí me encanta, repuse.
Cogiste un cigarro. Fumaste.
Cada vez más                             lejos.
Algo estaba cambiando, pensé.
Algo       ya       había cambiado.
La conciencia, quizá.
Mirabas por la ventana
y creo que había anochecido.
           
               Tengo que irme.
Quédate. Lo pensé o lo dije.
No me dio tiempo a más.
Me esperan. Ah, y haz el favor: ventila un poco la habitación.
                Apesta.
No lo haré.
Nunca lo hago cuando te vas.                   
                    Es mi coto privado de caza.



 © Juan Espallardo

 

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