Has aparecido justo en ese momento,
cuando ya me iba, no sé si a mi casa o
al infierno de Dante.
Faltaba algo de alcohol,
pero tu risa emborrachaba el aire.
Siento fascinación por tu pelo, lo
reconozco.
Era escarola y veneno, derramado en
tus hombros.
Te apoyaste en la puerta y me miraste
desde el abismo.
He temido por todo, por mi vida y por
el vacío.
Quise tocarte, pero has durado un
instante
y te has ido con todas tus armas y tu
voltaje.
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